lunes, 20 de junio de 2016

El Día de la Bestia


El sol brilla tanto, que ninguna nube le rodea. Los pájaros cantan y hacen del bosque un escenario feliz. Excepto por los restos humanos que hay junto a un árbol.

Tripas, huesos y restos de piel están sobre un charco de sangre. El rastro rojo sigue hacia las infinidades del bosque.

Sweet Mercy tiene puesto sus goggles, mira a su alrededor, no hay amenaza que capte su lente inteligente. Se agacha junto a los restos. Se quita las gafas: este rastro tiene que verlo con sus propios ojos.

La cazadora mete dos dedos en la sangre. La huele. Está fresca aún. Quizás la víctima murió hace dos días.

Un ruido la saca de su concentración. Es un transporte de la ciudad ¿Quién pudiera estar tan lejos de las murallas? Sweet Mercy sospecha que sea un cazador.

La bicicleta de cuatro gruesos neumáticos, va en la misma dirección que el rastro de sangre. El conductor tiene la cara tapada por un casco, pero el rifle en su espalda revela su profesión. A Sweet Mercy no le gusta lo que ve.

La cazadora se oculta entre los matorrales hasta estar segura de que el extraño no la vea. Con el transporte lejos de ella, vuelve al rastro de sangre, que revisa minuciosamente. Sweet Mercy prepara su arma. Tiene una criatura que cazar.

Las ruinas del templo siempre fueron un imán para las criaturas. Hace sombra, son sitios húmedos y hay un tráfico constante de personas que salen o entran a la ciudad. Perfecto para las bestias hambrientas.

Por ello, la hábil cazadora instaló un sistema de trampas dispersas por las ruinas.

Sweet Mercy camina delante de los ídolos en cemento, ya quebrados por el abandono. El rastro de sangre se hace más fuerte. La cazadora pasa frente a una de las casas abandonadas de los antiguos sacerdotes.

Un gruñido desgarrador le hace acelerar el paso.

Ahí estaba, una criatura atrapada por una de sus trampas favoritas: la trampa de oso. La bestia tenia su pierna derecha parcialmente tomada por las garras del artefacto.

Pero había un problema, el extraño le estaba apuntando con su rifle de gran potencia. Estaba cerca de quitarle la criatura y la posterior recompensa.

Sweet Mercy tiene que hacer algo al respecto… y lo hará.


El Gurú

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