jueves, 14 de abril de 2016

Todos son monstruos

Odio a todos los monstruos. A todos.

Gracias a ellos bebo la mejor cerveza del Reino Urbano, como las mejores carnes de La Macía y me follo a las mujeres que mejor huelen del Palacio del Placer.

Pero como les detesto. 

Esas deformidades de sangre verde que acechan afuera de las murallas del Reino, siembran mucho miedo entre los civiles. Solo basta ver a los ciudadanos temblar, cuando ven una cabeza inerte de un monstruo cazado. Tiemblan. Como si en cualquier momento les fuera a morder.

Son patéticos. Aguanto la risa hasta que me dan la bolsa de oro, que corro a “invertir” en la taberna más cercana.

Pero no solamente los que habitan la tierra salvaje son unos monstruos. También he visto intelectuales de la medicina experimentar con niños de la calle o los políticos que abusan de su poder para sacarle sexo gratis a las putas del palacio.

Ellos también son monstruos. Y los odio por igual.

Creen que tienen otro nivel por estar en la zona segura de las murallas. Dicen ser civiles porque no están preparados para lo que está en terreno salvaje. Nosotros los cazadores sí lo estamos, por eso nos envían a nosotros.

Cuando hay una alerta 4 (5 es el máximo de la escala Mularkey)ni se asoman por la ventana, saben que pueden ver a lo lejos algún monstruo en la tierra libre y eso, les da una angustia tremenda. No se atreven a verlos caminar si quiera.

Esos son los momentos de más trabajo. Aumentan nuestras arcas, eso sí, pero las alarmas son demasiado intensas. No nos detenemos hasta que el perímetro de la muralla esté limpio.

Todos son monstruos. Todos han caído ante mis armas. Ya sean mutantes o humanos.

Y no descansaré hasta que no caigan todos.


Héctor “El Plomo”

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